Vivienda diseñada para una familia joven en una parcela con ligera pendiente y vistas al Teide. El proyecto busca integrarse en el entorno natural respetando la topografía del terreno, con una volumetría limpia y materiales naturales como piedra volcánica, madera y hormigón visto.
El programa se organiza en una sola planta, priorizando la orientación norte-sur y la apertura del espacio hacia el jardín y las vistas. Se distribuye en tres zonas diferenciadas: área de día (salón, cocina y comedor), área de noche (dormitorios) y una zona de estudio/taller con acceso independiente.
El diseño interior se centra en la luz natural, la ventilación cruzada y la conexión fluida entre interior y exterior. Se aplicaron criterios de eficiencia energética con aislamiento térmico, carpintería de altas prestaciones y sistema de aerotermia.